• March 7, 2021
  • Updated 9:20 pm
Tendencias
#La pasión según Trelew #El mensaje #Los cuerdos #Lo que es del diablo, al diablo vuelve #La comunicación, el gran fracaso del Gobierno #Transitando la memoria #Noticias matutinas #Satantango, misticismo y realidad #Don Canutito #Michael Arce: Las Fuerzas Armadas frustraron mi sueño por ser negro
Los Cronistas I Periodismo & Literatura Los Cronistas I Periodismo & LiteraturaLos Cronistas I Periodismo & Literatura
  • Inicio
  • El Proyecto
    • Equipo
    • Capacitación
  • Temas
    • Nuestras Crónicas
    • Nuestros Alumnos
    • Autores famosos
    • Cuento
    • Grandes cronistas
    • Historias de mujeres
    • Novela
    • Poesía
    • Entrevistas a grandes periodistas
    • Periodismo del Siglo XXI
    • Últimas noticias del periodismo
  • Blog
  • Nuestros Cursos
    • Inscripciones
  • Contáctenos
    • Site Map
  • Inicio
  • El Proyecto
    • Equipo
    • Capacitación
  • Temas
    • Nuestras Crónicas
    • Nuestros Alumnos
    • Autores famosos
    • Cuento
    • Grandes cronistas
    • Historias de mujeres
    • Novela
    • Poesía
    • Entrevistas a grandes periodistas
    • Periodismo del Siglo XXI
    • Últimas noticias del periodismo
  • Blog
  • Nuestros Cursos
    • Inscripciones
  • Contáctenos
    • Site Map

«El acoso sexual hizo que huyera del Ecuador»

Regresar
Ingrese su texto y encuentre el resultado
Recent Posts
La pasión según Trelew
Libros
  • 165 Views
  • marzo 6, 2021

La pasión según Trelew

Por Christian Espinoza Parra* Estamos heridos de muerte (nos hieren unos cuantos y la historia que esos cuantos sacan a pasear hinchando pecho en las bullas patrias, pero que en realidad muere en el patio de la casa o virando la esquina) y a pesar de tanto desangrarnos seguimos atascados en el mismo sitio, como

El mensaje
Cuento
  • 339 Views
  • marzo 5, 2021

El mensaje

Por Pedro Vargas* El bus se iba. Fredo corría detrás gritando. Chiflaba poniéndose dos dedos en los labios para que el chofer lo escuchara y lo esperase. El bus frenó en seco. Fredo siguió corriendo. Y antes de poner un pie en el escalón observó un trozo de papel pegado a su zapato. Intentó despegarlo.

Los cuerdos
Cuento
  • 378 Views
  • marzo 5, 2021

Los cuerdos

Por Mark Bass* ¿Nunca habías estado en un manicomio? No tengas miedo, acá los loquitos somos buenos, somos libres, somos felices… Nos dan comida gratis, podemos tener sexo con quien queramos y a vista de todos, se nos permiten todo tipo de cosas a causa de nuestra condición. Es cierto que de vez en cuando

Lo que es del diablo, al diablo vuelve
Crónica
  • 581 Views
  • marzo 3, 2021

Lo que es del diablo, al diablo vuelve

*Por Alexander Ávila Álvarez   Viaje en bicicleta después de un prolongado encierro. Descubrimiento e iniciación al mundo en medio de la pandemia.   Dejo esto, aún con las piernas temblorosas y la respiración agitada. No, no son las 04h00 am ni estoy haciendo trampa. Empezó a oscurecer cuando me senté frente al computador. No

La comunicación, el gran fracaso del Gobierno
Comunicación política
  • 453 Views
  • marzo 2, 2021

La comunicación, el gran fracaso del Gobierno

Por Rubén Darío Buitrón* Si algo debe funcionar en un gobierno como un perfecto y exacto mecanismo de relojería suiza es la comunicación oficial. Esta comunicación es vital para quienes manejan el poder, pues de ella dependen la empatía, la conexión, la credibilidad, la confianza y el apoyo de los ciudadanos a la gestión gubernamental.

Transitando la memoria
Crónica
  • 535 Views
  • marzo 2, 2021

Transitando la memoria

*Por Sebastián Vera                    Durante la pandemia se llevó a cabo la primera Marcha Nacional Trans. El periodista Sebastián Vera recoge ese instante donde, en medio de los gritos de carne y hueso, todavía habitan los fantasmas del febrescorderato y de los prejuicios atávicos del Ecuador.   Pienso en Pedro Lemebel y en su taconeo furioso

Noticias matutinas
Crónica
  • 717 Views
  • febrero 28, 2021

Noticias matutinas

*Por María Dolores Cabrera    La escritora María Dolores Cabrera reflexiona sobre la legalización de la eutanasia y la posibilidad de elegir nuestro final si el dolor se volviera insoportable.   Hoy, viernes 18 de diciembre del año 2020, a las 08h15 de la mañana, me dirijo al Centro Médico, donde debo hacerme exámenes de

Satantango, misticismo y realidad
Cine
  • 437 Views
  • febrero 28, 2021

Satantango, misticismo y realidad

Por Christian Espinoza Parra*  Uno cree que la vida consta de un solo momento preciso, definitivo: ese que como un axioma indiscutible —disculpen la redundancia— nos justifique. Lo que me lleva a pensar que casi todos inconscientemente tenemos una perspectiva poética de la existencia, o sea, que tarde o temprano, habrá un estallido de la

Don Canutito
Crónica
  • 426 Views
  • febrero 26, 2021

Don Canutito

Por Carlos Quizhpe Silva** Un viento helado sacude el cielo, la ciudad luce tenue, enferma; de a poco la lluvia cae a borbotones. La gente corre despavorida buscando un refugio… Para el frío un café o, quizás, un cigarrillo. Hay una procesión de paraguas en las aceras, como si se tratara de un cortejo fúnebre;

Michael Arce: Las Fuerzas Armadas frustraron mi sueño por ser negro
Crónica
  • 1024 Views
  • febrero 25, 2021

Michael Arce: Las Fuerzas Armadas frustraron mi sueño por ser negro

Por Rubén Darío Buitrón* “Nuestra lucha solo tiene un objetivo: que nunca más un negro sea tratado así en las Fuerzas Armadas”. Lo dice Liliana Méndez, de 52 años, nacida en Ibarra, una afroecuatoriana esbelta, atlética, de ojos vivaces y perfecta sonrisa. Ella es la madre de Michael Andrés Arce Méndez, el joven de 23

  • 1741 Views
  • octubre 22, 2017
  • Nuestras Crónicas

 

 

Corrían tiempos de jovencita (18 años). Fui a la Universidad a estudiar dos carreras hermosas: Trabajo Social y Jurisprudencia.

Mis sueños empezaban a realizarse. Pero, de pronto, empecé a sufrir, a tener miedo, a veces incluso pánico.

Sentía el acoso de compañeros y de profesores. Comencé fingiendo que no me importaba y les ponía un alto.

Al principio, suave: no lo hagas, no soy para ir a la cama.

Luego, más presionada por ellos, los mandaba a volar, furiosa, y brotaba mi carácter fuerte.

Los amenazaba con denunciarlos en la Rectoría y se burlaban. En una ocasión golpeé a uno y nunca más me vio.

Mis compañeras de clase me decían que no era para tanto, que no les parara bola, que eran unos bobos.

Pero yo les replicaba que esos hombres estaban queriendo vulnerar mi vida. Que no era bobo lo que me hacían. Que esas cosas no las toleraba de nadie.

Pasaron los años. En el último curso, las compañeras reían y me comentaban “ya vez, no pasó nada, así son todos”.

Ellas siempre aceptaron que era normal y yo no podía creer que siendo profesionales no vieran la gravedad del problema, pese a que era un secreto a voces en la Universidad.

Un día fui donde la directora de mi Facultad y le informé. Ella, siendo mujer, me respondió que “era un mal de la sociedad y que yo debía cambiar”. Cuando le pregunté cómo, no supo responder.

Al tiempo de lo que ocurría en la Universidad, en varias ocasiones fui a un médico particular y el doctor me observaba con una mirada insinuadora. Yo tenía 22 años.

Fue tan cínico el médico que me sugirió que regresara en la tarde, cuando ya no tenía pacientes, “para charlar con calma”. Me levanté de la silla y le tiré las cosas que tenía sobre su escritorio. El hombre palideció y yo salí y grite en la sala de espera que ese médico me había acosado, pero no escuché nada. Solo quería irme del lugar.

Hasta huí de un psicólogo al que fui a consultarle todo aquello. Pasé tiempos difíciles.

Cuando ya era profesional me encontré que madres, hijas y mujeres sufrían acoso sexual, pero todas decían “así es la vida, señorita”, yo empujaba a que no callaran, pero decían que era peligroso, que los hombres podían matarlas.

Poco a poco quedó atrás esa pesadilla. Me casé. Tuve dos maravillosos hijos y un esposo que fue un gran y dulce ser humano.

Cuando él falleció continué mi vida.

Pensé que aquello del acoso, que tanto sufrimiento me causó siendo jovencita, había pasado.

Sin embargo, no fue así. Busqué trabajo y acudí al mejor amigo, al que estuvo con mi esposo en mi casa. Nos conocíamos con la esposa e hijos.

Un día lo encontré en el club y le dije que llamaría a su secretaria porque quería una cita para que me ayudara.

Acudí a su oficina y me dejó hablar. Me preguntó cómo estaba y cuando le dije que necesitaba un trabajo (era un abogado que en aquella época era Contralor General del Estado), creí que él podría recomendarme algún  contacto.

Me dijo que sí. Peor me quedé perpleja porque de inmediato empezó a decirme que la viudez me había “sentado muy bien”, que me veía más joven y guapa (mi sangre estaba a punto de ebullición). Luego me propuso que regresara para tomar café con galletas en un departamento con sus amigos y que lo pasaríamos muy bien.

Me levanté, le dije que repudiaba la manera en que me estaba tratando y me fui.

Por hechos como esos, que se repetían con frecuencia, tomé la decisión de irme del Ecuador. Para los hombres influyentes y con poder yo no era una mujer profesional, sino un potencial objeto sexual.

Hasta que arreglara todo vendí y regalé mis cosas. No avisé a nadie y me dije “me voy”.

No podía siquiera pensar que mis dos niños crecieran en un ambiente así. Acá, en Estados Unidos, nunca hemos sufrido acoso (cuando ya los chicos crecieron les conté la verdadera causa por la que nos fuimos del Ecuador y ellos lo entendieron y me dieron la razón).

Ambos han viajado varias veces para “volver a conocer su país”, como suelen decir, pero yo nunca más.

Hasta hoy pienso que no he superado todo aquello. No volví a casarme, pese a que tuve oportunidades acá, pero el solo hecho de pensar que alguien pudiera hacer daño a mis hijos me hacía retrodecer.

Ahora soy feliz a mi manera. Mi familia creció y es maravillosa. Mi hija es doctora en psicología  y mi hijo, que es pastor, tiene una maestría. Conozco muchos pastores honestos que no se han hecho millonarios con la religión y que de verdad siguen al Señor.

He dejado para el final de este testimonio algo que me dolió mucho: entre aquellas historias que les he contado, el esposo de mi hermana, un abogado que  fue vicepresidente de la Corte Superior de Justicia me acosó.

Apenas hace un año se le conté a un hermano y se sorprendió tanto que, indignado, me dijo que debí agarrar un cuchillo y amenazarlo.

Nunca le conté a mi hermana porque estoy segura de que me hubiera culpado a mí. La ceguera y la falta de conciencia no excluyen a nadie.

En aquellos tiempos, en Quito, hasta el señor que barría la calle me miraba con lascivia.

Rubén Darío: Gracias por escucharme y dejarme abrir el corazón. Nunca me había atrevido a escribir este testimonio, pero ahora que usted me lo permite y que han estallado tantos escándalos, puedo hacerlo.

He terminado y me doy cuenta que un sudor frío me recorre el cuerpo y que tengo las manos húmedas y temblorosas.

Un abrazo,

Bárbara M.

21 de octubre de 2017

  • Acoso sexual
  • Testimonio
Post Anteriores El tren
Nuevos Post SECUESTRO EN EL BARCO RUSO

Leave your Comments

Categorías
  • Análisis8
  • Autores famosos15
  • Capacitación3
  • Cine30
  • Comunicación política1
  • Crítica1
  • Crónica112
  • Crónicas de viajes3
  • Cuento28
  • Entrevista1
  • Entrevistas a grandes periodistas4
  • Grandes cronistas21
  • Grandes escritores9
  • Historias de mujeres29
  • Homenaje1
  • Lecturas imprescindibles1
  • Libros6
  • Novela14
  • Nuestras Crónicas138
  • Nuestros alumnos28
  • Nuestros cronistas1
  • Periodismo6
  • Periodismo crítico1
  • Periodismo del Siglo XXI5
  • Periodismo digital2
  • Poemas1
  • Poesía34
  • Reflexiones24
  • Relato18
  • Relato policial2
  • Reportaje2
  • TESTIMONIO15
Archivos

Talleres Online y presenciales de escritura periodística, narrativa, crónicas, poesia.

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando este sitio web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookie

Últimos Post

La pasión según Trelew
  • marzo 6, 2021
La pasión según Trelew
El mensaje
  • marzo 5, 2021
  • 1
El mensaje

Contáctanos

Rubén Dario Buitrón  CEO

099 272 3782
loscronistas17@gmail.com

Los Cronistas 2021 I Todos los derechos reservados I Desarrollado por Sabana Kreativos